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martes, 5 diciembre, 2023

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El Ayuntamiento se equivoca en la San Antón

La Carrera Internacional Noche de San Antón de la ciudad de Jaén ha vuelto a ser todo un éxito pese a que el Ayuntamiento, que es quien la organiza, parece querer cargársela.

La piedra angular sobre la que siempre se ha asentado la prueba es su carácter popular, y eso es algo que parece haber olvidado el actual equipo de gobierno municipal. Son los 14.000 atletas populares y las decenas de miles de jienenses que salen a las calles a animarles quienes año tras año nos han dejado impresionantes estampas que no alcanzan ni siquiera a igualar ciudades de mucha mayor población.

Sin embargo, el Ayuntamiento de Jaén ha optado este año por cuidar y mimar a los atletas de élite, olvidándose de los corredores populares. De hecho, todo ha girado en torno a esa carrera de grandes nombres que empezó a las siete de la tarde, sacrificando la prueba de los menores y la de los atletas aficionados.

El dato más claro de esto que os cuento lo tenemos en el hecho de que la organización ha destinado este año 40.000 euros a la contratación de atletas de élite, mientras que en ediciones anteriores la partida era de 10.000 euros. Es decir, prácticamente todo el dinero que se ha obtenido de nuevos patrocinadores (especialmente de la Caja Rural) ha sido para traer a grandes nombres del atletismo nacional e internacional.

Pero la potenciación de la élite no ha sido sólo a base de talonario, sino también consiguiendo la homologación de la carrera pero únicamente la de la élite, y no las otras dos. Es decir, nos ponemos la medalla de haber conseguido la homologación de la carrera, y anunciamos grandes nombres pero no decimos que todas las mejoras (pastizal incluido) van únicamente para la élite.

Al final tenemos la cagada que finalmente ocurrió. Una élite que corrió prácticamente sola, con muy poca gente en las calles, y con una diferencia abismal entre unos y otros participantes. Algo que ha hecho que algunos de ellos se cuestionen, de mantenerse la fórmula, renunciar a participar en la carrera de élite para hacerlo con los populares.

Un dato. Hasta 166 atletas de la carrera popular hicieron mejor marca que el último en la carrera de élite (corrieron 36). Y para más inri, el vencedor de la carrera popular hizo el recorrido en seis minutos menos que el último de la élite. ¿Por qué esos 166 atletas populares no pudieron correr con la élite si tenían mejor marca? O voy más allá ¿Por qué no pudo correr con la élite todo el que quisiera, pagando el dinero necesario para su seguro?

Ya digo que el resultado fue una carrera de élite desangelada tanto en el número de corredores como muy mermada de público. No seré yo quien diga que sobran los grandes nombres del atletismo, todo lo contrario, pero me parece un error destinar todo el dinero y los esfuerzos a la carrera de élite, y abandonar al corredor popular que es quien realmente hace grande la prueba.

Sí, hablo de abandono porque así se sintieron los 2.000 niños y niñas que corrieron en la carrera de los menores con prácticamente nadie animándoles porque, salvo los primeros metros de la salida, apenas si había público en el resto del recorrido.

La carrera se adelantó a las seis de la tarde, ¡¡¡dos horas antes que la popular!!!, sin ambiente, sin calor, sin emoción… Y es que hasta los padres, por los muchos testimonios que he recogido, se cansaron porque tras la prueba tuvieron que esperar una eternidad para poder disfrutar de las otras carreras. Muchos no aguantaron, y se marcharon.

Pero los principales problemas tuvieron lugar en la carrera popular. Ahí sí que estaban las calles a rebosar, como siempre. Así es porque el público acude a animar a su amigo, a su vecino, a su compañero de trabajo… Eso es la San Antón, independientemente de si hay 12 ó 32 atletas de élite. El público volvió a disfrutar, pero para el atleta popular fue un suplicio. Sí porque no se pudo correr casi en ningún momento, y no hablo únicamente de los últimos en tomar la salida, esos que deben ir andando gran parte de la prueba por la aglomeración de personas; tampoco los que salieron en los primeros cajones pudieron hacer lo que querían, correr, porque el pelotón se formó desde la línea de salida misma.

Esto ocurrió porque el ayuntamiento se olvidó de comprobar que los tiempos de los atletas que se inscribían en los cajones de salida en función de sus marcas fuesen ciertos. Es algo básico que se empezó a hacer hace varios años, y permite que los más rápidos salgan siempre por delante de quienes corren más despacio, y con ello se consigue que nadie moleste a nadie. Pero en esta ocasión el Ayuntamiento de Jaén no podía destinar ni dinero ni recursos para este fin porque todo estaba reservado para la élite. La consecuencia fue que las aglomeraciones y la imposibilidad de correr se produjeron desde el mismo Gran Eje, y eso que es una de las avenidas más amplias sobre las que discurre la carrera.

Si en ediciones anteriores se producían aglomeraciones en lugares puntuales, en esta ocasión fue una constante prácticamente en todo el recorrido.

De nada sirve que nuevos patrocinadores entren en la carrera, que la organización prevea subir la inscripción el próximo año y con ello generar más ingresos… digo que tener más presupuesto no sirve de nada si las mejoras se destinan únicamente a los atletas y a la carrera de élite. Señores gobernantes del Ayuntamiento de Jaén, es el corredor popular quien hace grande la San Antón. Hasta que ustedes no se enteren de eso, y actúen en consecuencia, estarán haciendo un pan como unas tortas.

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