Se ha vendido a lo grande por algunas instituciones de la capital la renovación del campo de Las Lagunillas como nueva instalación para la práctica del Rugby, pero poco se ha hablado del daño que se le ha hecho al deporte más practicado en la ciudad, el fútbol.
Hace más de una década, tras una lucha por parte de clubes y otras entidades de la capital que duró años, se consiguió la construcción del campo de fútbol de Las Lagunillas que vino a paliar el déficit de este tipo de instalaciones en la ciudad. Pues bien, desde entonces no se ha construido un solo campo de fútbol más. Los clubes han tenido que soportar, además, el deterioro de las instalaciones hasta el punto de tener que salir de la ciudad para poder entrenar y jugar partidos. Un problema que se agrava tras la pérdida del campo de fútbol de Las Lagunillas en favor del rugby.
Conste que nada tengo en contra de que el rugby tenga su instalación y evite tener que salir de la ciudad para jugar, como ha estado soportando durante mucho tiempo, todo lo contrario, me congratulo, pero no por ello voy a quedarme con la boca callada por el agravio que ha sufrido el deporte federado más seguido en la capital, con más de mil licencias activas, que se quedan con dos campos y «medio» (Fuentezuelas, Sebastián Barajas y Antoñete) para repartir entre el más de medio centenar de equipos existentes.
Grave problema el que se plantea a los clubes de Jaén capital porque al mal estado de conservación de los campos federativos, actualmente gestionados por el Ayuntamiento, se une ahora la pérdida del tercer campo con el que se contaba, Las Lagunillas, por mucho que los responsables políticos municipales quieran maquillar con la posibilidad de que se pueda habilitar para la práctica de fútbol siete…No, miren, se han cargado un campo de fútbol y de nada va a servir que ahora nos vengan con más promesas, que de incumplimientos ya conocemos unos cuantos estos dos últimos años.
Y más que tendrían que hacer. Vete a un partido de Rugby, sea aficionado o un partido internacional, y verás la diferencia con el futbol. El Rugby es inclusivo, pueden participar todos, tienen unos valores que permiten, tanto a nivel aficionado como profesional, que se sigan respetando determinados códigos que el futbol hace tiempo olvidó. El fair play, la tranquilidad de los aficionados que van al campo donde incluso pueden beber alcohol y nunca se ha producido ningún altercado. La ausencia de aficionados violentos, el ser una escuela de vida para los más pequeños,… buufff podría enumerar una ristra de virtudes que en el futbol han desaparecido o se han prostituido. Cuanto más Rugby se implante mejor le irá a nuestros chavales y por ende a nuestra sociedad.
El club de rugby de Jaén lleva décadas haciendo un trabajo increíble. El tener tantas licencias permite hacer muchísimas cosas, entre ellas devolver un poco de todo lo que te da la sociedad. Trabajo, esfuerzo y solidaridad, eso es lo que ha dado el club de Jaén y que le ha permitido estar donde está.