Zamora vuelve a la competición. El Atlético Arjonilla cuenta con sus servicios para que defienda la portería del equipo hasta final de temporada. El veterano guardameta, que cuenta con 51 años, regresa para ayudar al equipo de toda su vida y en el que se retiró hace tres años y porque por sus venas, además de sangre, fluye un balón y unos guantes.
Los viejos rockeros nunca mueren. Aunque Zamora ha estado matando el gusanillo con equipos de veteranos, le va la marcha de la competición que durante más de treinta años le ha acompañado todos los domingos de su vida. El fútbol es su mundo y los palos de la portería su casa, de ahí que no haya dudado un momento a la llamada del Atlético Arjonilla para volver a enfundarse los guantes y ayudar al equipo donde más temporadas ha militado en su carrera deportiva a finalizar la presente de una forma más decorosa, porque la campaña del equipo albinegro en la Segunda Andaluza no está siendo la mejor.

Zamora es un mito en la provincia. Desde cuando los campos eran de albero a su transformación en las verdes praderas sintéticas en que se han convertido actualmente, el portero se ha paseado por todos ellos dejando su calidad e identidad. Lo conocen en todas partes y también le quieren porque es un hombre de fútbol que ha ido aportando sus prestaciones deportivas pero también su calidad humana.
Ahora, de nuevo, tendremos el privilegio de verle en acción. Han sido tres temporadas retirado físicamente pero no en mente, porque a pesar de su edad, este portero sigue siéndolo para fortuna de los que tengan la suerte de compartir vestuario con él, porque verán reflejados en su persona, los valores que deben acompañar a un futbolista.