Fue a las ocho de esta mañana, seis minutos y 46 segundos. En ese preciso momento se han cumplido dos años de mi primera y última participación completa en los 101 kms de Ronda.
No se me olvida, oye. Y creo que no se me olvidará nunca porque, como ya os conté en su día, es una de las experiencias en las que más he sufrido de toda mi vida. Hoy he vuelto a releer aquella crónica, y no sé la razón pero me resulta imposible contener las lágrimas.
Los participantes teníamos 24 horas para recorrer los 101 kilómetros del recorrido, y yo invertí 21 horas 6 minutos y 46 segundos. Ahí es nada.
¡¡Qué duro que fue!! Prueba de ello es el cartelito que días después hizo público la organización, y que os reproduzco a continuación.

Han pasado dos años pero a mí me parecen dos siglos, y no es porque lo vea como un momento lejano sino porque hace tanto tiempo que los atletas populares no podemos disfrutar de nuestras carreras cada fin de semana, que esta eternidad empieza a ser desesperante.
Mirad si lo echo de menos que, pese a tener clarísimo que no vuelvo a Ronda, a estas alturas de la pandemia creo que hasta me lo pensaría. Jejejejeje. ¡¡Es broma!!
Parece que la situación general ha iniciado el camino de regreso a la normalidad gracias a las vacunas, y se intuye algo de luz al final de este largo y oscuro túnel. Incluso alguna carrera podemos ir haciendo ya. ¡¡Qué ganas de volver… incluso a Ronda!!
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